Auroras australes: qué son, cómo se forman, dónde y cómo verlas

Las auroras australes son un fenómeno natural que se manifiesta en el cielo nocturno de las regiones polares del hemisferio sur, especialmente en la Antártida. Las auroras australes se producen cuando partículas cargadas del sol, conocidas como viento solar, interactúan con el campo magnético de la Tierra.

Los colores de las auroras pueden variar, pero los más comunes son el verde, el rojo y el púrpura. El verde es el color más frecuente y se debe a la excitación de átomos de oxígeno a altitudes de entre 100 y 300 kilómetros. El rojo también es producido por el oxígeno, pero a altitudes mayores, mientras que el púrpura y el azul provienen de la interacción con moléculas de nitrógeno.

La formación de las auroras australes es un proceso complejo que involucra varias etapas y elementos. Para entenderlo en detalle, podemos desglosar el proceso en los siguientes pasos:

1. Emisión de viento solar: el sol emite constantemente un flujo de partículas cargadas, principalmente protones y electrones, conocido como viento solar. Este viento solar viaja a través del espacio a velocidades extremadamente altas, alcanzando a menudo varios cientos de kilómetros por segundo.
2. Interacción con el campo magnético terrestre: cuando el viento solar llega a la Tierra, choca con su campo magnético, conocido como magnetosfera. La magnetosfera actúa como un escudo, protegiendo la Tierra de la mayor parte de estas partículas cargadas. Sin embargo, en las regiones polares, las líneas del campo magnético están más abiertas, permitiendo que algunas de estas partículas entren en la atmósfera.
3. Viaje a los polos magnéticos: las partículas cargadas del viento solar son guiadas por las líneas del campo magnético hacia los polos magnéticos de la Tierra. En el hemisferio sur, esto significa que las partículas son dirigidas hacia el Polo Sur.
4. Colisión con la atmósfera: al acercarse a la atmósfera terrestre, estas partículas cargadas comienzan a chocar con los átomos y moléculas de gases presentes en el aire, principalmente oxígeno y nitrógeno. Estas colisiones excitan los átomos, elevándolos a niveles de energía más altos.
5. Emisión de luz: los átomos excitados eventualmente vuelven a su estado de energía original, y en el proceso, liberan la energía extra en forma de fotones, que son partículas de luz. La longitud de onda de esta luz determina el color de la aurora.
6. Formación de cortinas de luz: debido a la forma en que las líneas del campo magnético convergen y divergen cerca de los polos, la luz emitida se organiza en patrones que parecen cortinas ondulantes en el cielo. Estas formas y movimientos son influenciados por la variabilidad en la velocidad y densidad del viento solar, así como por la estructura del campo magnético terrestre.

Las auroras australes son visibles en las regiones más cercanas al Polo Sur, aunque debido a la lejanía y las condiciones extremas, no son tan accesibles como las auroras boreales. La Antártida es el mejor lugar para ver las auroras australes debido a su proximidad al Polo Sur. Sin embargo, las difíciles condiciones climáticas y logísticas hacen que esta opción sea viable principalmente para científicos y expediciones organizadas.

La mejor época para observar las auroras australes es durante el invierno del hemisferio sur, cuando las noches son más largas y oscuras. En estos meses, hay más horas de oscuridad, lo que aumenta las oportunidades de ver auroras.

Observar las auroras australes puede ser una experiencia inolvidable, pero requiere cierta planificación y preparación. Para ir a la Antártida se requiere de una expedición organizada, generalmente con compañías especializadas en turismo polar o programas de investigación. Existen aplicaciones y sitios web que proporcionan pronósticos de auroras basados en la actividad solar, como el índice KP que mide la actividad geomagnética.

Es importante verificar las condiciones meteorológicas para poder elegir noches claras y sin nubes para aumentar las posibilidades de observación. Por último, es conveniente vestirse en capas con ropa térmica, chaquetas a prueba de viento y gorros, guantes y bufandas.

Las auroras australes y las auroras boreales son fenómenos naturales similares que ocurren en los polos opuestos de la Tierra. Vamos a ver cuáles son las principales diferencias entre ambas:

• Ubicación geográfica: las auroras boreales se observan en regiones cercanas al Polo Norte. Son visibles en lugares como Noruega, Suecia, Finlandia, Canadá, Alaska (EE.UU.), Islandia y Groenlandia. Mientras que las auroras australes se observan en regiones cercanas al Polo Sur.
• Accesibilidad: las auroras boreales son generalmente más fáciles de acceder para los turistas debido a la infraestructura y los servicios turísticos en las regiones del hemisferio norte. Lugares como Tromsø en Noruega, Yellowknife en Canadá y Fairbanks en Alaska son conocidos destinos para ver auroras boreales. Por otro lado, las auroras australes son menos accesibles, puesto que las ubicaciones en el hemisferio sur son más remotas y difíciles de acceder, especialmente la Antártida.
• Estaciones y condiciones: las regiones del norte tienen veranos con noches cortas o inexistentes (sol de medianoche), y largos inviernos oscuros, lo que facilita la observación de auroras durante el invierno. En contraparte, las estaciones en el hemisferio sur son opuestas a las del norte, con largas noches invernales desde marzo hasta septiembre, siendo este el mejor periodo para observar auroras australes.

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