Caldera volcánica: qué es, cómo se forma, tipos y ejemplos

Una caldera volcánica es una gran depresión que se forma en el terreno después de una erupción volcánica de gran magnitud. A diferencia del cráter, que es un hundimiento más pequeño en la cima de un volcán, la caldera tiene un tamaño considerablemente mayor y suele originarse por el colapso del volcán cuando una gran cantidad de magma es expulsada rápidamente.

Las calderas volcánicas no siempre son fáciles de identificar porque, con el tiempo, pueden llenarse de agua, formando lagos, o quedar cubiertas por vegetación. Ejemplos famosos de calderas volcánicas incluyen la caldera de Yellowstone en Estados Unidos y la caldera de Santorini en Grecia.

La formación de una caldera volcánica es un proceso complejo que ocurre en varias etapas:

1. Acumulación de magma: el magma, que es roca fundida, se acumula en una cámara magmática debajo de la superficie de la Tierra. A medida que más magma se almacena, aumenta la presión en el interior de la cámara.
2. Erupción volcánica: cuando la presión del magma alcanza un punto crítico, puede provocar una erupción volcánica explosiva. Esta erupción puede liberar una enorme cantidad de magma, gases y cenizas hacia la superficie. Te puede interesar este artículo sobre los Tipos de erupciones volcánicas.
3. Vaciado de la cámara magmática: la erupción masiva expulsa la mayor parte del magma que estaba almacenado en la cámara magmática, dejando un vacío o una reducción significativa de la presión en el espacio subterráneo.
4. Colapso del techo de la cámara magmática: sin el soporte del magma que mantenía la estructura subterránea, el techo de la cámara magmática colapsa bajo su propio peso. Este hundimiento forma una gran depresión en la superficie terrestre.
5. Formación de la caldera: el colapso crea una caldera, que es una depresión amplia y generalmente circular que puede variar en tamaño, desde algunos kilómetros hasta decenas de kilómetros de diámetro.

Calderas de colapso

Las calderas de colapso son las más comunes y se forman cuando la cámara magmática vacía se hunde después de una erupción masiva. Este tipo de caldera se caracteriza por tener una forma circular o elíptica y puede variar en tamaño, dependiendo de la magnitud de la erupción y del volumen de magma expulsado. Un ejemplo famoso es la caldera de Crater Lake en Oregón, Estados Unidos, que se formó tras una gigantesca erupción hace unos 7.700 años.

Calderas resurgentes

Las calderas resurgentes son aquellas donde, después del colapso inicial, el magma comienza a acumularse nuevamente en la cámara magmática. Esta presión puede causar que el suelo de la caldera se eleve, creando una estructura abombada en el centro. La caldera de Valles en Nuevo México, Estados Unidos, es un ejemplo de caldera resurgente, donde el levantamiento del suelo es visible en la formación de un domo central.

Calderas de subsidencia

Las calderas de subsidencia se forman debido al lento hundimiento de la superficie terrestre sobre una cámara magmática que se va vaciando progresivamente. Este tipo de caldera no está asociado a una erupción explosiva única, sino a un proceso gradual de pérdida de soporte magmático. A menudo, las calderas de subsidencia se encuentran en regiones con actividad volcánica constante y prolongada, como en el caso de las islas volcánicas de Hawái.

Calderas volcánicas de explosión

Este tipo de caldera se origina por una explosión volcánica extremadamente violenta que libera una gran cantidad de energía en un corto período de tiempo. La explosión es tan potente que el cráter resultante es mucho más grande y profundo que un cráter volcánico típico. Las calderas de explosión son menos comunes y suelen estar asociadas a erupciones volcánicas con altas concentraciones de gases volátiles y magma altamente viscoso. Un ejemplo es la caldera del Monte Tambora en Indonesia, que se formó tras la erupción catastrófica de 1815, una de las más poderosas de la historia registrada.

Calderas someras

Las calderas someras son aquellas que se forman en áreas con alta actividad geotérmica, pero sin la presencia de una cámara magmática profunda. En su lugar, estas calderas se forman cerca de la superficie, donde las rocas son más frágiles y susceptibles a colapsar por la actividad térmica. Estas calderas tienden a ser menos profundas y están más asociadas a fenómenos hidrotermales, como la emisión de géiseres y aguas termales. Un ejemplo de caldera somera es la caldera de La Garita en Colorado, Estados Unidos, que se formó por una erupción extremadamente voluminosa en una región de roca altamente fracturada.

Caldera de Yellowstone

La caldera de Yellowstone, ubicada en el Parque Nacional Yellowstone en Estados Unidos, es una de las calderas volcánicas más grandes y conocidas del mundo. Formada hace aproximadamente 640.000 años tras una de las mayores erupciones volcánicas en la historia geológica, esta caldera mide alrededor de 70 kilómetros de largo y 55 kilómetros de ancho. Yellowstone es un "supervolcán", lo que significa que su erupción liberó una cantidad extraordinaria de magma. Actualmente, la caldera es una región activa geotérmicamente, famosa por sus géiseres, fuentes termales y actividad sísmica continua, lo que la convierte en un sitio de gran interés científico y turístico.

Caldera volcánica de Santorini

La caldera volcánica de Santorini, ubicada en el mar Egeo en Grecia, se formó hace unos 3.600 años tras una catastrófica erupción que devastó la antigua civilización minoica. Esta erupción fue una de las más poderosas de la historia y resultó en el colapso del volcán central, creando una caldera que ahora está parcialmente sumergida en el mar. La forma actual de la isla de Santorini, con su icónica laguna central rodeada de altos acantilados, es el resultado de esta caldera.

Caldera de Crater Lake

Crater Lake, ubicado en el estado de Oregón, Estados Unidos, es una caldera que se formó hace unos 7.700 años tras la colosal erupción del volcán Monte Mazama. La erupción vació la cámara magmática del volcán, provocando el colapso del terreno y la formación de una caldera de aproximadamente 8 por 10 kilómetros de diámetro. Con el tiempo, la caldera se llenó de agua, creando el lago Crater, que es conocido por su color azul intenso y su extraordinaria claridad.

Caldera de Ngorongoro

La caldera de Ngorongoro, ubicada en Tanzania, es una de las calderas más grandes y mejor conservadas del mundo, aunque su origen no está relacionado con una erupción explosiva. Formada hace aproximadamente 2 a 3 millones de años, Ngorongoro es el resultado del colapso de un volcán antiguo. Con un diámetro de unos 19 kilómetros y una profundidad de más de 600 metros, la caldera de Ngorongoro alberga un ecosistema diverso que incluye una gran variedad de vida silvestre, lo que la convierte en un destino importante para safaris y estudios ecológicos. Es también Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Caldera de Aso

La caldera de Aso, situada en la isla de Kyushu en Japón, es una de las calderas volcánicas más activas del mundo. Formada por una serie de erupciones masivas hace unos 300.000 años, la caldera de Aso es una de las más grandes del planeta, con un diámetro de aproximadamente 25 kilómetros. Dentro de la caldera se encuentran varios volcanes activos, siendo el Monte Nakadake el más prominente y frecuentemente en erupción. La región es conocida por su actividad volcánica constante y por ser un importante sitio turístico y agrícola en Japón.

Ahora que ya sabes qué es una caldera volcánica, no te pierdas las Partes de un volcán.

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