Las mejores infusiones para el hígado graso
Las mejores infusiones para el hígado graso son las infusiones de diente de león (Taraxacum officinale), boldo (Peumus boldus) y hierba del sapo (Eryngium heterophyllum). La enfermedad del hígado graso proviene de los alimentos que comemos, además de otros factores, como el colesterol y los triglicéridos altos. Para poder mejorar los efectos de la enfermedad, lo mejor es comenzar a tomar infusiones naturales que nos pueden ayudar a eliminar algo de grasa de nuestro hígado y a mantenerlo más limpio. Continúa leyendo este artículo de EcologíaVerde para conocer algunas de las mejores infusiones para el hígado graso y cómo tomarlas.
- Diente de león (Taraxacum officinale)
- Boldo (Peumus boldus)
- Cardo mariano (Silybum marianum)
- Alcachofa (Cynara cardunculus var. Scolymus)
- Limón (Citrus limon)
- Té verde (Camellia sinesis)
- Cúrcuma (Curcuma longa)
- Manzanilla (Matricaria chamomilla)
- Semillas de hinojo (Foeniculum vulgare)
- Hierba del sapo (Eryngium heterophyllum)
- Cómo hacer infusiones para el hígado graso
Diente de león (Taraxacum officinale)
Esta planta forma parte de las plantas medicinales tradicionales de México y otros países desde hace mucho tiempo. Al contar con una gran cantidad de fotoquímicos, el hígado se beneficia al ser protegido por éstos, ya que los antioxidantes contenidos ayudan a sanar la lesión hepática. Contiene inulina, fitoesteroles, flavonoides, cumarinas, vitaminas B y C y sales minerales. Además, entre las propiedades del diente de león encontramos que es muy depurativo, desintoxicante, diurético, colerético y digestivo.
Tomar esta infusión puede ayudar a reducir la grasa almacenada en el hígado y protegerlo contra el estrés oxidativo. La dosis para una infusión de diente de león para el hígado graso es de 1 cucharadita de polvo de esta planta medicinal por taza.
Aquí puedes encontrar más información sobre el Diente de león: propiedades, para qué sirve, contraindicaciones y cultivo.
Boldo (Peumus boldus)
El boldo es una antigua planta originaria de Chile, que se usa mucho con diversos fines curativos, especialmente para tratar el hígado graso. Uno de sus veinte alcaloides, la boldina, cambia la composición química del hígado alterado. Además, también contiene aceites esenciales, terpenos, otros alcaloides amargos, como la isoboldina, taninos y flavonoides. Entre sus propiedades están ser digestivo, hepatoprotector, colerético, colagogo, antiinflamatorio y diurético, entre otras. Para tomar boldo para el hígado graso necesitas usar 1,5 gramos de hojas de boldo secas y trituradas por cada taza.
Aprende más sobre el Boldo: para qué sirve, propiedades y contraindicaciones aquí.
Cardo mariano (Silybum marianum)
Cuando el hígado comienza a ser graso, su funcionamiento deja de ser normal. El cardo mariano tiene entre sus ingredientes uno llamado silimarina, que desintoxica, depura y regenera el hígado. Por tanto, el cardo mariano es hepatoprotector, colagogo, digestivo y diurético, entre otras propiedades. Para la infusión se usan las semillas trituradas en una cantidad de 3 a 5 gramos de éstas por taza de agua.
Puedes informarte mejor sobre Cardo mariano: propiedades, para qué sirve y contraindicaciones en este enlace.
Alcachofa (Cynara cardunculus var. Scolymus)
La alcachofa, aparate de ser un delicioso alimento, también es usada como planta medicinal. Es originaria de la zona mediterránea. Contiene cinarina, cinaropricina, ácidos cloregénico, cítrico y málico, flavonoides, lactonas, minerales y vitamina A. En el caso del hígado graso, la alcachofa es coadyuvante, pues posee una acción colerética, es decir, que estimula la segregación de bilis, lo que ayuda a mantener en buen estado la salud del hígado. También es hepatoprotectora, colagoga, diurética e hipolipemiante. Para hacer una infusión de alcachofa para el hígado graso se usan 3 hojas pequeñas o 2 hojas medianas de alcachofa por cada taza de agua.
Limón (Citrus limon)
Aunque se ha dicho que la infusión del limón no es verdaderamente desintoxicante para el organismo, la realidad es que sí lo es y ayuda a crear nuevas enzimas, lo que resultaría sano para un hígado enfermo por la grasa en exceso. Además, el limón es remineralizante, vitamínico, antioxidante, diurético, depurativo y digestivo, entre otras propiedades. Se recomienda añadir el jugo de un limón fresco a medio vaso de agua tibia o caliente, y mejor beberlo en ayunas.
Puedes consultar más información sobre el Limón: propiedades, beneficios y contraindicaciones en este otro post.
Té verde (Camellia sinesis)
El té verde es uno de los auxiliares naturales más poderosos para mejorar la salud del hígado graso. Su eficacia no se basa en lo que podría ser el poder de una sola toma, sino en la disciplina de tomarlo durante muchas semanas seguidas. En este caso en específico, la disciplina es lo que brinda el éxito. El té verde ayuda a depurar y a desintoxicar el hígado, además reduce la grasa acumulada en éste. Estudios científicos ha revelado que el consumo de té verde mejora los niveles séricos de las enzimas hepáticas dañadas.
La facilidad de encontrar té verde en los comercios hace que sea muy accesible y sencillo su consumo, introduciendo 1 bolsita o 1 cucharada de té a una taza de agua hirviendo.
Cúrcuma (Curcuma longa)
La cúrcuma está considerada uno de los agentes desinflamatorios más poderosos. Uno de sus ingredientes, la curcumina, protege las células del hígado. Aunque se ha creado una polémica en torno a si la cúrcuma es capaz de curar enfermedades, y muchos científicos creen que no, lo cierto es que su efecto antioxidante puede evitar que el hígado se dañe con ciertas toxinas cuando se encuentra enfermo, pues reduce el estrés oxidativo.
Se usa 1 cucharadita de cúrcuma por taza de agua, añadiendo siempre una pizca de pimienta negra para potenciar sus beneficios.
Te recomendamos leer esta guía si quieres saber más acerca de la Cúrcuma: propiedades, beneficios y cómo tomarla.
Manzanilla (Matricaria chamomilla)
Desde la antigüedad, la manzanilla es considerada una planta medicinal muy eficaz. En relación al hígado graso, es recomendable porque tiene un alto contenido de colina, un nutriente que pertenece al grupo de las vitaminas B y que es capaz de proteger al hígado para no seguir acumulando grasa. No se trata tanto de que limpie o desintoxique al hígado, sino de que lo ayuda con sus propiedades antiinflamatorias y antiespasmódicas. Se recomienda usar 1 cucharadita de manzanilla seca por cada taza de agua.
Aprende más aquí sobre la Planta de manzanilla: cuidados y para qué sirve.
Semillas de hinojo (Foeniculum vulgare)
Las semillas de hinojo no son específicas, pero sí efectivas para combatir el hígado graso porque tienen propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y diurético, entre otras. También ayudan a frenar la acumulación de grasa en el hígado. Se puede tomar 1 cucharadita de semillas de hinojo secas, triturarlas en el mortero hasta que salga su aceite y hacer la infusión.
Te recomendamos leer este otro artículo sobre el Hinojo: propiedades, beneficios y contraindicaciones.
Hierba del sapo (Eryngium heterophyllum)
La hierba del sapo es la reina para atender esta enfermedad. Se dice que cuando hay hígado graso, muchos otros órganos también son grasos. La hierba del sapo sirve para disolver los restos de grasa enquistados en las células de diversas áreas del cuerpo humano. De hecho, ayuda a reducir el colesterol, es diurética y antiinflamatoria, entre otras propiedades. Se usa 1 cucharadita de la hierba del sapo seca, por taza. Se recomienda descansar de su toma cada ocho semanas.
Cómo hacer infusiones para el hígado graso
Todas las infusiones para el hígado graso que se han descrito se deben tomar sin azúcar y se preparan de la misma forma:
- Hierve el agua.
- Cuando ya hierva, apaga el fuego.
- Vierte la cantidad indicada de la hierba medicinal que hayas escogido.
- Tapa el recipiente y espera 15 minutos
- Cuela la infusión para quedarte con el líquido y desechar los residuos y ya puedes tomarla.
Principalmente, lo que cambia en cada planta, es la dosis recomendada. Se pueden consumir hasta 2 tazas de infusión al día, durante 3 meses. Luego se descansa 2 meses y entonces se puede volver a beber. Como estas infusiones se están usando con fines medicinales, es importante el descanso entre un periodo de toma y el siguiente.
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- Lladó, M. (2009). La enciclopedia de la salud. España: CULTIVA LIBROS S.L.
- Herbolaria oaxaqueña para la salud. (2009). México: Instituto Nacional de las Mujeres.
- Cebrián, J. (2002) Diccionario de plantas medicinales. Barcelona: RBA Libros.