Partes de la tortuga

La cabeza de las tortugas es más pequeña que otros reptiles, pero tiene un cerebro de tamaño relativamente grande en comparación con los anfibios. Su encéfalo está protegido por un cráneo robusto en el que no existen aberturas temporales (anápsido), una condición primitiva que solo permanece en este grupo de reptiles actuales.

Si bien sus cuellos pueden ser más largos o cortos según de qué especie se trate, su forma de retracción puede clasificarlas en dos grupos: especies que retraen el cuello lateralmente (Suborden Pleurodira, tortugas cuello de serpiente) y aquellas que lo retraen recto hacía atrás, entre las fajas de los hombros (Suborden Cryptodira). Estos movimientos pueden realizarse gracias a la morfología y disposición de las vértebras cervicales. Los especímenes pertenecientes al suborden Pleurodira poseen las vértebras estrechas y en forma de bobina mientras que en el suborden Cryptodira son anchas y largas.

Las mandíbulas de las tortugas carecen de dientes, ya que estos han sido sustituidos por una vaina córnea conocida como pico córneo o ramfoteca, similar al pico de las aves. Cada pico es único en cada especie, presentando adaptaciones morfológicas según sus diferentes hábitos alimenticios. Estas placas córneas, que actúan como dientes, les permiten triturar o cortar el alimento según sus necesidades dietéticas.

Por otro lado, su lengua, a diferencia de otros reptiles, es inmóvil y está equipada con fibras musculares, pigmentos, papilas gustativas y glándulas productoras de moco, facilitando la ingesta y procesamiento del alimento. En las tortugas marinas y algunas tortugas terrestres, la faringe presenta papilas cornificadas en la porción terminal, que se extienden hacia el esófago. Se cree que estas papilas, con forma de pinchos afilados, son cruciales para retener presas como medusas.

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En la descripción de una tortuga la principal parte que se nos viene a la mente es el caparazón. El caparazón está cubierto por una parte dorsal conocida como espaldar y una ventral, el plastrón, que forma el piso de la estructura. A diferencia de las hembras, los machos presentan el plastrón cóncavo, característica fundamental al momento de aparearse cuando el macho debe subirse al caparazón de la hembra. Externamente, está formado por una capa córnea de queratina y otra capa interna formada por hueso dérmico. A medida que la tortuga crece y envejece se van añadiendo nuevas capas de queratina bajo las viejas, formando anillos de crecimiento que pueden utilizarse para estimar la edad de la tortuga.

A diferencia de lo que vemos en muchos dibujos animados o lo que representa la cultura popular, las tortugas no pueden salir de la coraza protectora, ya que esta forma parte del animal y en ella quedan incluidas las vértebras y las costillas lo que hace imposible su separación del resto del cuerpo. Sin embargo, las tortugas (con excepción de las tortugas marinas) pueden retraer sus extremidades y cabeza dentro del caparazón para protegerse frente a diferentes amenazas como depredadores.

Una característica interesante del caparazón es que, aunque limita la expansión del pecho para la respiración, las tortugas han desarrollado músculos abdominales y pectorales que funcionan de manera similar al diafragma en otros vertebrados facilitando el intercambio gaseoso. De hecho, la expansión y retracción de las extremidades también pueden modificar la presión del aire.

Las extremidades de las tortugas varían según su hábitat. Suelen estar cubiertas por escamas y sus dedos suelen terminar en garras. Las tortugas terrestres poseen los dedos libres que les permiten moverse eficazmente en tierra firme y excavar y sus patas son cortas y fuertes.

En contraste, las tortugas acuáticas han desarrollado extremidades adaptadas para la natación. Sus dedos están unidos por membranas interdigitales, creando una forma de aleta que actúa como remo para facilitar el desplazamiento en el agua. Todas las especies de tortugas utilizan sus extremidades para excavar y tapar sus huevos una vez finalizada la puesta.

La cola al igual que las patas, la cabeza y el cuello está recubierta por escamas. Su tamaño es una característica importante a la hora de determinar el sexo de una especie. Mientras que las hembras presentan una cola corta, en machos esta es más larga y ancha. Sobre la base de la cola se sitúa la cloaca, una estructura común en reptiles, aves y algunos mamíferos. Esta única apertura es utilizada en la eliminación de desechos, durante la reproducción y la deposición de huevos.

Las tortugas presentan oído medio e interno, sin embargo, su sentido de la audición es pobre. Por el contrario su sentido del olfato y de la vista son muy agudos y de hecho pueden percibir colores de la misma forma que lo hace un ser humano.

Los machos de las tortugas poseen un pene formado por dos bandas denominadas cuerpos cavernosos entre los cuales se encuentra el surco espermático. Cuando se llenan de sangre los cuerpos cavernosos se alargan y el pene se asoma desde la pared de la cloaca y el surco adopta forma de conducto. ¿Sabías que las hembras de algunas especies de tortugas poseen una estructura homóloga al pene? Aunque puede que esta no sea funcional se cree que puede actuar como una porción complementaria al surco espermático del macho, facilitando la transferencia de esperma.

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